El “credo” (“yo creo” en latín) en un principio era la confesión bautismal de los catecúmenos; fórmula que contenía los enunciados principales de la fe a la que ingresaban. Los dos o tres credos universalmente aceptados por la Iglesia Ortodoxa, Católica y Protestante, se consensuaron en los cuatro primeros concilios llamados ecuménicos, ¡todos ellos reunidos en tierras de la actual Turquía! El primero en el Concilio de Nicea (325 d.C. hoy Iznik). El segundo y ampliación del anterior, en el Concilio de Constantinopla (381 d.C. hoy Estambul); credo que fue simplemente ratificado por el Concilio de Éfeso (382 d.C. hoy Efes). El tercero, en el Concilio de Calcedonia (451 d.C. hoy Kadiköy).
Creo en un [solo][1] Dios, Padre todopoderoso, Creador [del cielo y de la tierra,] de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un [solo] Señor, Jesucristo Hijo [único] de Dios, {engendrado como unigénito del Padre, es decir, de la substancia del Padre,}[2] [nacido del Padre antes de todos los siglos:] Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, consubstancial[3] al Padre,[4] por quien todo fue hecho {tanto lo que está en el cielo como en la tierra}; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, [y por obra del Espíritu Santo] se encarnó [de María, La Virgen,] y se hizo hombre; [y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato;] padeció [y fue sepultado,] y resucitó al tercer día, [según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;] y [de nuevo] vendrá [con gloria] para juzgar a vivos y muertos, [y su Reino no tendrá fin].
Creo en el Espíritu Santo, [Señor y dador de vida, que procede del Padre (y del Hijo[5]), que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.]
[Creo en la Iglesia, que es una, santa, universal y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.]
[1] La secciones entre corchetes son los añadidos en el Concilio de Constantinopla.
[2] Ésta y otras expresiones entre llaves sólo aparecen en la versión Nicena.
[3] Gr. “homo-ousios” (ὁμοούσιος). Algunos Padres mostraron cierta reticencia hacia este término porque los gnósticos lo habían usado para significar “de naturaleza parecida”. Pero al final se aceptó en contraposición a la expresión arriana “anomo-ios” (i.e. de naturaleza distinta), con el significado de “consubstancial” ó “de la misma naturaleza”.
[4] “Consubstancial al Padre” ó “de la misma naturaleza del Padre”.
[5] La versión con la expresión entre paréntesis (Lat. Filioque) no es aceptada por la iglesia Ortodoxa. Fue añadida en el concilio no ecuménico de Toledo (397 d.C.).
Nosotros, entonces, siguiendo a los santos Padres, todos de común consentimiento, enseñamos a los hombres a confesar a Uno y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en deidad y también perfecto en humanidad; verdadero Dios y verdadero hombre, de cuerpo y alma racional; coesencial {consustancial} con el Padre de acuerdo a la Deidad, y coesencial con nosotros de acuerdo a la Humanidad; en todas las cosas como nosotros, pero sin pecado; engendrado del Padre antes de todas las edades, de acuerdo a la Deidad; y en estos postreros días, para nosotros, y por nuestra salvación, nacido de la virgen María, de acuerdo a la Humanidad; uno y el mismo Cristo, Hijo, Señor, Unigénito, para ser reconocido en dos naturalezas, inconfundibles, intransferibles, indivisibles, inseparables; por ningún medio la distinción de naturalezas desaparece por la unión, más bien es preservada la propiedad de las dos naturalezas, concurrentes en una Persona y una Hipóstasis, no partida ni dividida en dos personas, sino uno y el mismo Hijo, y Unigénito, Dios, la Palabra, el Señor Jesucristo; como los profetas desde el principio lo han declarado con respecto a Él, y como el Señor Jesucristo mismo nos lo ha enseñado, y el Credo de los Santos Padres que nos ha sido dado.
(Fuente: Carlos Madrigal, “Explicando la Trinidad al Islam”, ©Federico Bertuzzi, Dep.Leg.:SE-7973-2011, Publidisa, pp. 137-140, fab@pminternacional.org)