Hoy más que nunca el pueblo turco clama por libertad, justicia y dignidad.
Todo musulmán se siente heredero de la religión de Abraham a través de Ismael, hasta llegar al profeta Mahoma.
Hay varios puntos básicos que nos interesan profundamente sobre el relato bíblico de Ismael en Génesis 16 y 21. Muy brevemente:
a) la promesa de multiplicación (16:10);
b) la respuesta de Dios al clamor de Agar y a la voz de Ismael (16:11; 21:17); y
c) Dios abriendo los ojos para que ellos vieran la fuente de agua (21:19).
Estas tres pinceladas nos hablan del carácter que imprimió Dios en Ismael y en su descendencia, y a la vez nos dan una perspectiva profética de lo que El quiso y quiere hacer con aquellos que se consideran ismaelitas...
a) multiplicar un pueblo que llegue a ser Suyo (pues la multiplicación es expresada como un signo de bendición divina);
b) responder a su incesante clamor a un Alá lejano, hoy perpetuado cinco veces al día por la gran inmensidad de musulmanes; y
c) abrirles los ojos para que vean a Aquel que da a beber de la fuente de aguas vivas.
¡Esto tres puntos son y deben ser nuestro clamor en favor del pueblo musulmán, a Aquel que ve la aflicción y lleva a las fuentes de aguas vivas!
Extracto del artículo: Desde Ismael e Isaac, hasta el choque de Moros y Cristianos. Ver...